Memoria es salud, no solo porque nos constituye como sujetos de un continuo histórico, social, político, cultural, que de ningún modo comienza cada día, sino porque además se construye colectivamente. Nuestro país tiene una historia de reconstrucción de la memoria y de recuperación frente a las digitadas intenciones de invisibilizar y falsear identidades cuando no, acciones de extinguirlas.
Hemos dado como sociedad muchas batallas desde la recuperación de los derechos avasallados, cíclicamente, con distintos actores, en diferentes tiempos. Y las seguiremos dando, memoria es y será salud para los pueblos.
Este año la conmemoración del 24 de marzo de 1976 que iniciara la dictadura cívico militar que sumió a nuestro país en el horror y fue la antesala de la devastación neoliberal de los años sucesivos, se enmarca en un contexto de atropello a un recorrido muy arduo que empezaron las madres y abuelas de plaza de mayo sumando a la sociedad argentina y al mundo. Las políticas que desde el día cero quiere introducir el gobierno de Macri, desconocen la fortaleza de esa construcción que se refunda en cada acto del pueblo.
La expresión artística ha acompañado, en toda su diversidad y con mucho protagonismo, la reconstrucción de la memoria, socializando y haciendo visibles imprescindibles relatos históricos negados por la historia oficial. La Plata ha sido escenario de un sin fin de manifestaciones artísticas de recuperación y el 5 de abril se inaugura un nuevo mural por la memoria en la Facultad de Ciencias naturales de la Universidad Nacional del La Plata, ubicada en calle 122 y 60
Convocadxs por la Mesa de Trabajo por los Derechos Humanos de la facultad de ciencias naturales para restaurar el mural realizado en el año ´95, el mismo grupo de artistas de entonces, se juntó para retomar la construcción colectiva y participativa que proponga una nueva expresión capaz de albergar la compuesta 20 años atrás y también dar cuenta del tiempo trasncurrido a nivel social, cultural, político y además, en cada una de las personas participantes del proyecto
Ana Tello, gestora cultural, cuenta cómo fue el proceso de reencuentro y reconstrucción del mural
La obra es imponente, un gran relato en el que dialogan a su vez muchos relatos, símbolos, materiales, óxido, aire, luz, pared, memoria… 32 placas de hierro caladas, cada una cuenta algo distinto y todas juntas conforman una mariposa. Esa conversación entre un metal rudo y perdurable, con todo lo que simboliza la transformación de la mariposa en un tiempo tan corto, es de mucha riqueza conceptual
Juan Bertola, artista especializado en dibujo y grabado habla del hecho artístico y cómo la obra se vincula con la historia colectiva
La historia es un hecho público, la manifestación artística que están realizando es pública, y está aún plasmándose en una universidad pública. Tres días a la semana, quienes quieran participar, dan terminaciones a las placas y las montan sobre un muro gigante. Es una propuesta de gran envergadura, donde los artistas, miembros de la mesa de producción, la comunidad educativa y la comunidad platense se juntan para seguir construyendo memoria
Jaquelina Abraham, artista plástica, especializada en espacios públicos relata la implicancia de una obra colectiva interviniendo el ámbito de todxs.
Galería fotográfica
Cecilia Fernández Lisso | Comunicación IDEP
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